LEYENDAS DEL BASKETBALL

Omar Arrestia

Escribe Daniel Pessano

INTRODUCCIÓN

Omar Arrestia marcó historia en el baloncesto nacional en las décadas del 60 y 70 dejando un estilo que sirvió de base para muchos basquetbolistas, que viéndolo jugar trataron de imitar esa inigualable condición natural. Fue un ídolo, ganador y polémico, amado por sus hinchas.

El SALTO A LA CAPITAL Y SUS CLUBES

Nacido un 12 de mayo del 47,  comenzó a los 13 años a jugar en su Ferro Carril, fue trascendiendo doble a doble, para que se comenzase a hablar acerca de un chiquilín salteño, con una efectividad poco común. Así fue que llegado a los oídos  de José Pedro Damiani, presidente del Sporting Club Uruguay, lo trajo a la capital con casi 18 años para forjar su carrera.

   Formó parte de la mejor historia de aquel Sporting del 66, debutando a los 19 años, con picos de grandes triunfos venciendo hasta al Real Madrid en Europa.

   Salió campeón de la  “Copa El Diario”, reforzando a Waston en 1966, junto a Walter Lage, Víctor Hernández y Ramiro de León., al  vencer en el Palacio Peñarol, al equipo del momento, Tabaré por un punto en la hora, con 6.000 personas en las tribunas.

El año 68 marcó un cambio en la vida deportiva del “Chumbo”. Tras el sudamericano de Paraguay, su fama comenzó a trascender frontera, (21 años),  siendo en junio invitado por Jim McGregor entrenador del equipo estadounidense de Gulf Oil  para participar en una gira por America y Europa.

Disputó 38 partidos en 56 días, en Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Dinamarca, Suecia, Yugoeslavia, Italia y Grecia. Regresó con una valiosa experiencia que le significó salir de los tableros en donde en lo local era dominador absoluto, para desempeñarse en otros sectores del rectángulo, marcando a jugadores mas chicos, ya que sus 2 mts  no eran, fuera de fronteras, una estatura gravitante. Eso le dió un toque de jerarquía a su juego.

En mayo de 1970 se enroló en Hebraica y Macabi que se encontraba en Tercera de ascenso. También se incorporó Daniel Borroni..

Su participación le permitió  el pasaje a segunda para luego en la temporada del 72 conseguir el tal anhelado ascenso a primera división en memorable final con Urunday Universitario en cancha de Goes.

En el 73, el equipo empató el primer puesto con Trouville y Peñarol, finalmente victorioso Peñarol. Se coronó por primera vez Campeón Federal en el 75 y repitió en el 77, marcando una clara hegemonía en la capital.
Ya consagrado como gran jugador, siendo dirigido por Héctor Bassaizteguy, viste la camiseta de Peñarol, (equipo del cual siempre fue simpatizante), para repetir con los títulos  Federales en el 78 y 79 acompa
ñado en aquel plantel por; “el bandido” Bianchi, “el gitano” Iglesias, “el ciego” Blanc, Álvaro Tito, Gastón Conde.

Las transmisiones de televisión de los sábados, (por aquel entonces en blanco y negro), comenzaban a mostrarle “a todos” su calidad. En cancha, cuando jugaba hacia los costados lo hacia de espaldas a tablero, picando la bola hacia un lado y girando hacia el otro, (con un estilo particular), terminando la naranja debajo de la #FF6600.

Era por entonces el reinado del “Chumbo”, su figura sobresalía en forma notoria, inclusive por sobre el norteamericano Joe MC Call, primero y Bo Jackson después, que habían llegado a reforzar al carbonero.

Su nombre quedaría marcado a fuego en la hinchada.

ANÉCDOTA Las jugadas de Peñarol, tenían números, de la 1 a la 5. Eran diferentes, pero todas con una característica final en común; la última bola se definía siempre con su lanzamiento.

Jugó una temporada más con Hebraica y Macabi, para en el 81, retornar a sus pagos. Se vistió por última vez como jugador a los 35 años, definitivamente dejó de encestar y dedicándose a la docencia, entrenando a  “futuros campeones” como le gustaba decir. Su pupila permitió seleccionar y acercar a muchos valores a la capital como Nicolás Mazzarino, su sobrino Omar Galeano o últimamente a Emiliano Bastón.  

ÚNICO Con características que lo hacían único, así lo definió el diario “El País” tras su desaparición:

Un personaje dentro y fuera de la cancha, su imponente figura sumada a su fuerte  personalidad y su alegría lo destacaban ante los demás. Con una  forma que lo identificaba pelilargo, vistiendo vaqueros gastados y  botas tejanas, le daban el toque distinto. Calentón, temperamental dentro de la cancha, a tal punto que cuando perdía se iba sin saludar a nadie pero con la cabeza levantada y la mirada desafiante, mientras que cuando vencía era insoportable, hacían cola para correrlo cuando finalizaba el partido.

LA SELECCIÓN

Tras la designación de Bernardo Larre Borges, debutó en el Sudamericano de Mendoza en diciembre del  66, en un plantel con jóvenes, con una idea de recambio. Integraban aquel equipo algunos que fueron figuras posteriormente como Hernández, Lage, Daniel Borroni, Bernardo Larre, José Losada. Uruguay obtuvo la cuarta posición.

Al año siguiente el Mundial del 67, realizado en Montevideo en el Cilindro Municipal, Uruguay quedó en la 7ª ubicación con la dirección técnica de Raúl Ballefin. Ya en el 68, la Federación busca realizar un trabajo a largo plazo, contratando al conductor de Sporting, Héctor Bassaizteguy, el primer técnico a sueldo en la FUBB.  

Entre marzo y abril del 68 participó en numerosos partidos de entrenamiento para el Sudamericano que se realizo en Asunción, en el cual se obtuvo el Vicecampeonato detrás de Brasil. Fue elegido el mejor jugador del torneo.

   En setiembre viajó a Monterrey,  México,  al Preolímpico de ese año, no pudiendo clasificar a los Juegos a pesar de haber empatado en puntos con España  y Polonia en el primer lugar quedando por diferencia de tantos eliminados por estas últimas. Por primera vez Uruguay quedaba fuera de los Juegos Olímpicos, por un extraño resultado que se había dado en el partido España-Polonia. Con una enorme amargura, , los celestes realizan una gira por tierras aztecas logrando 14 victorias en otros tantos partidos.
  En marzo del 69, se consagró Campeón Sudamericano con Uruguay, junto a Víctor Hernández, Ramiro De León, Manuel Gadea, Washington Poyet, Walter Lage, Luis García, Angel Rossi, Ricardo Moreira, José Barizo, Roberto Bomio y Jorge Campaña. Fue
goleador y mejor jugador del campeonato.

En el Mundial del 70 en Yugoeslavia, los celestes se ubican en la 7ª.posición, siendo nuevamente con un promedio de 19 puntos por encuentro el máximo encestador de nuestro combinado.

ESTADÍSTICAS - Sudamericano del  67- Mejor jugador del torneo

-Sudamericano del 69- Goleador con 114 ptos y mejor jugador del torneo.

-Mundial del  70- Goleador celeste con 174 ptos.

El Sudamericano del 71, en Montevideo lo distinguió como Vicecampeón nuevamente. Se produjó para entonces una renovación del plantel y sólo tres jugadores quedaron de las etapas anteriores, (Hernández, Campaña y él). Se llegó invicto a la final con Brasil, ganándole en un  intenso partido previo a Argentina. Cotejo que de arranque lo dejó cargado con tres faltas producto de empujones, provocaciones verbales, forcejeos con el argentino José De Lizasso. Visto este trámite, Bassaizteguy lo mandó al banco para tranquilizarlo, pero cuando se retiraba tuvo otro encontronazo con su rival, en el cual este cayó y el salteño aprovechó para pasarle la mano por la cara según los relatos de los diarios de la época. Incidencia que determinó su expulsión,  no pudiendo jugar la última y decisiva contienda del torneo

En la final Brasil jugó el mejor partido del campeonato y obtuvo la supremacía continental, dejando a nuestra celeste en la segunda posición. Nadie dudo en aquel momento que otro hubiese sido el resultado con Arrestia en cancha.

UN GANADOR  En la década del 70 fue el único jugador uruguayo distinguido para intervenir de los enfrentamientos entre las selecciones de América y  Europa. Además supo imponerse con la selección de Salto en aquellos campeonatos nacionales, que se hacían en todo el país, siendo su gran orgullo el obtenido en el año 72, por haberlo vivido junto a su padre.

LA SANCIÓN

Los delegados de Uruguay elevaron un informe a posterior del campeonato Sudamericano, sobre la actuación del combinado y denunciaron presuntas actitudes incorrectas e indisciplinarías, que  fueron lapidarias para Arrestia. En particular se le acusó de utilizar el pelo  excesivamente largo, permanecer con una perrita en la concentración, de recibir muchas visitas, más el pedido de cigarrillos dentro de la misma. Al año siguiente el tribunal, lo sancionó conjuntamente con el cuerpo técnico y el médico, a dos años de inactividad  internacional con la selección y con clubes. Mientras que el resto solo recibió una amonestación. Se le pasó factura a su forma de ser.

Luego de penosos resultados internacionales, el 31 de mayo del 73 algunos clubes solicitaron al Consejo de la FUBB, se le exonerara la pena, ya que había cumplido la mitad de la misma, pero sólo 6 instituciones estuvieron a favor y fue denegada la solicitud.

AUTOCRÍTICO  luego de los sucesos del sudamericano, se reconoció culpable, por la perdida del titulo, sintiéndose frustrado por los acontecimientos causados. (Así lo expresó a “El Diario”).

En el 74, regresó a vestir la celeste en la  Copa de Naciones, que se realizó en Cali, Colombia, bajo la dirección de Carlos Genta, ganándole a Panamá, Argentina y Colombia, perdiendo con URSS y Puerto Rico.

Se despidió de la selección ganando en partidos de entrenamiento realizados en 1978 con la conducción de Ramón Etchamendi.

Jugo 107 partidos con la celeste, gano 59, perdió 48

EL DIRECTOR TECNICO

A su regreso a Salto,  tras su retiro como jugador, comenzó con su carrera de entrenador que lo llevo a dirigir a varios conjuntos locales como: su querido Ferro Carril , Universitario, Círculo, y en el 2004 el  torneo Regional con  Salto Básquetbol Club, (que nació en ese año, conjuntando a la mayoría de los cuadros del departamento). Ganó ese certamen,  pero sin poder participar en la liga siguiente, ya que sólo se autorizaba un equipo or departamento, puesto que tenía Salto Uruguay . En  1994, luego de un nuevo llamado de Damiani, dirigió a Peñarol, siendo muy importante su incursión para poder mantenerlo al augrinero en primera división.

Drástico y tajante en sus declaraciones, lo hacían centro del periodismo, buscando sus comentarios:

QUE OPINABA

¿Una recuerdo de la selección?  El día de la final del Sudamericano de 1969 en el Cilindro Municipal. En la mañana de la final fuimos a entrenar y no pudimos: el piso de parquet estaba recién encerado. Lo baldeamos, le sacamos la cera con escobas y esa fue toda la práctica previa a la final.

¿Un técnico? Héctor Bassaizteguy Le decíamos ‘milico‘. Era una persona muy seria y que cambió el básquetbol. Cuando fui a Peñarol le dije a Cataldi: ¡Mire que conmigo solo no se gana! Más tarde arreglaron con Héctor Bassaizteguy y el  Joe Mc Call.

¿Un dirigente? Washington Cataldi. “Yo siempre dije que los deportistas, antes de morir, tendrían que haber tenido la oportunidad de conocer y hablar con Washington Cataldi. Era un dirigente que no conocía la palabra ‘no‘, siempre buscaba una manera de solucionarte todo.

¿Ney Castillo? es una excelente persona, creado en Bohemios lo conozco de toda la vida,  Lo mejor que tuvo en su actividad, fue llevar a “Tato” a la selección, lamentablemente no lo pudo mantener.

¿Una alegría? Son dos. La primera fue salir campeón sudamericano con Uruguay. Además fui elegido el mejor jugador del torneo terminando como goleador. Fue en 1969. Y la segunda alegría fue el Federal que ganamos con Hebraica, en 1975.

¿Un equipo? El mejor equipo es uno que en básquetbol no está más. Y que ahora en fútbol anda muy mal. Pero igual, hay una sola camiseta y es rayada. Lástima que después que murió Washington Cataldi, Peñarol nunca ha sido lo que fue.

¿La década del 60 o el 70? La mejor fue la del 70, en todo sentido. En lo deportivo fue una época muy buena para mí, trayéndome  de la mano la parte social. Existía el boliche Zúm Zúm , ahí seguro gané mi quinquenio: en cinco años fui la persona que más veces asistí.

¿Un jugador? Oscar Moglia  ¡¿Qué no tenía?! Fue un fenómeno. Mientras estuvo, Uruguay le ganó siempre a Brasil, pero desde que se fue, nunca más... Pude jugar con él algunos partidos amistosos en la selección y lo enfrenté a nivel local.

¿Del 70 en adelante?  Después de Moglia, no hubo otro como Horacio López, un jugador que se dio el lujo de ganar en Uruguay y afuera. Lamentablemente, en Montevideo no lo valoran como deberían. La sexta posición olímpica se debió sólo gracias al Tato. Fue un revolucionario.

¿Esteban Batista? Va a ser difícil que haya otro jugador en la NBA.

¿Un rival? Como equipo, Aguada de la década del 70. Los encuentros eran muy disputados y tuve varias trancadas con su hinchada. Como jugador, respeté siempre a Washington Poyet. Aunque era mayor que yo, en la selección fue un amigo y un consejero. Era más bajo que los pivotes actuales, pero él sí sabía jugar.

¿Un jugador de la liga actual? Que se destaque ninguno, se tiene que aspirar a buscar jugadores del nivel del Tato López, si se desea llegar a los lauros internacionales anteriores. No es fácil.

¿Un extranjero?  Bo Jackson. Era un jugador completo: buen reboteo, buen atacante y además tenía unos cojones inmensos con los que contagiaba a todo el mundo. Fue campeón sudamericano con Peñarol en 1982. El mejor extranjero que ha venido a Uruguay.

¿Hebraica?. Las tres finales que perdió con Biguá, no fueron dignas de su mejor historia. Considero que se debió dejar a Volcan seguir trabajando,  a pesar de la derrota. Es un técnico que hace trabajar a los planteles, aunque haya jugadores que no les guste su estilo.

¿Salto en la liga? Creo que no esta en condiciones de participar, por razones económicas, los viajes, estadía sumada al mantenimiento de sueldos, no les permitiría mantenerse. La diferencia con Paysandú, es que no cuenta con una fuerte colectividad que lo apoya,   Yo siempre opine que iba a ser muy difícil mantenerse esta estructura, la falta de sponsor, con un retorno rápido para los comerciantes locales no permitiría obtener esos miles de dólares que se necesitan para la misma.

¿El nivel de la liga? El básquet es otra cosa a lo se juega en la actualidad.

¿El arbitraje de tres?  Son mejor que el nivel del juego que hay, son humanos, pero en general hay buenos jueces.

¿El reglamento? Hay cosas que están bien y otras que deberían acoplarse a las de la NBA.

 

TESTIMONIOS

Jorge Campaña (ex jugador, compañero de la selección siendo Campeón sudamericano del 69, presidente de Anebu). Nuestro querido Omar, para muchos simplemente “El Chumbo”, era un tipo de personalidad muy particular que la podríamos definir: de frontal. No se andaba con medias tintas, exigía que todos  jugásemos y entrenáramos como él. Pero eso era imposible. Sus condiciones naturales, con un juego de pies ofensivo único, incluso comparándolo con extranjeros, lo hacían diferente, a eso le sumaba que se quedaba después de las practicas a mejorar su juego, compartiendo con compañeros como “Cuqui” Barizo, “la gata” García o Germán Haller entre otros.

Como todo crack. Tenía sus excentricidadades, siendo admirado o rechazado como sucede siempre, aunque esto ultimo era producto en muchos casos por envidia. Fue uno de los fenómenos que dejo este deporte, justo en una época de recambio generacional, tal vez por eso no trascendió más. El básquetbol en esa época tuvo un bajón importante en relación a los logros que venia precedido. Como anécdota, cuando estábamos festejando el  campeonato sudamericanos del 69, se para en la puerta del vestuario, diciéndonos al plantel con su vozarrón y acento del interior! Les regalé un carné de libre acceso a todos Uds., porque a los campeones la Fubb les otorga  eso para toda la vida, el libre acceso! 

 

Prof. Rubén Vázquez (ex jugador, periodista)- Hoy en día que las noticias más que correr, vuelan a velocidades supersónicas, en el mismo día de ocurrido me impactó la noticia en la TV, de que el Chumbo había muerto. Me quedé mirando fijo la pantalla y me dije: ¡Este informativista no sabe lo que dice! Los tipos como el Chumbo no mueren nunca, simplemente dejan de caminar entre nosotros. Desaparecen y se dedican a otra cosa…! pero miren que decir que se murió! Para que ello ocurra, habrá que esperar a que se mueran todos los que lo conocimos, los que nos regocijamos con su esplendor, los que lo abrazamos, lo criticamos en las buenas o en  las malas y sea como fuere que vinieran. El que se murió debe ser algún otro. Pero “el Chumbo”, el que vino en el ’60 a Sporting, jugó en Hebraica, Peñarol y la celeste. Dibujó piruetas nuevas en nuestro viejo básquetbol llenándolos de goles fantasiosos, ese “Chumbo” se fue de paseo  pero nos dejó esa parte de él que no se borra de las retinas prendiéndose a los corazones que él no se cansó de hacer vibrar.

Ahh,….Ahora me doy cuenta: el informativista a lo mejor tenía razón porque él mencionó el nombre de Omar Arrestia y a ese no lo conocí mucho. Pero al Chumbo: si me viene bien un día de estos me doy una vuelta por Salto, nos tomamos algunas  juntos y voy a ver si lo convenzo para que pida pase de nuevo.

Rodolfo Kaminientzki-(Ex jugador, compañero ganando los Federales del 75 y 77, dirigente de Hebraica y Macabi). Hubo  tres grandes del básquet uruguayo: Oscar Moglia, Omar Arrestia y Horacio López. Fui compañero dentro de la cancha cerca de 8 años y amigo fuera de ella muchos más. En su ingreso al club, (trás una gira por Europa), fue quién impuso el doble horario de práctica. A la mañana el tiro y a la tarde entrenamiento. Buscaba la perfección, siendo  muy responsable en el juego. Tomaba toda la responsabilidad en los momentos difíciles, queriendo siempre la última bola para definir en peores trámites, haciéndolo con gran efectividad. Eso lo señalaba como cacique del plantel. En una movida peñarolense que realizó Washington Cataldi, para repatriar a Morena en el futbol, lo eligió a él para el básquet augrinero, (trabajando en Motorola), habló con la directiva macabea explicándoles la tentadora oferta, así  fue que siempre quedo en muy buena relación con la institución. El 10 de febrero pasado estando en el Cilindro en el segundo partido de los cuartos de final con Malvín, no pude escuchar su llamado, dejando el mensaje: ¡ a esos burros que están ahí que no sirven para nada, échalos a todos! Al otro día me llamó para saber si había recibido el recado, diciéndole  además a mi señora que a lo largo de los años que estoy yo en el  basquetbol no aprendí nada. Así era, tengo el mejor de los recuerdos. 

Mario Hopenhaym –(ex arbitro, Presidente del consejo técnico de la FUBB) Lo dirigí a lo largo de toda su carrera, conociéndolo desde los encuentros  juveniles entre Paysandú-Salto hasta el final. Muchas vivencias con “el Chumbo” que me forjaron un  gran cariño a su persona. Una de las finales que no ganó en esos choques del litoral, fue en el Campus de Maldonado, ya en el torneo de mayores. Le asignaron para su defensa a un chiquilín desconocido de mucha menor estatura, que durante el partido lo anuló completamente. Al  finiquitar el mismo, se dirigió directamente hacia él, cuando lo veo venir me interpuse preguntándole: ¿que vas a hacer Chumbo?: respondiendome: ¡tranquilo Mario!, me corrí y su actitud fue de levantarlo en brazos diciéndole: ¡me la ganaste bien botija¡ El férreo marcador era Andrés Blanc. Quien fuera posteriormente compañero en Peñarol. Esos torneos nacionales duraban una semana y eran muy disputados.

Otra final, esta vez en Fray Bentos, con el departamento de Montevideo, previo al inicio de la misma, se acerca el  Ing. Robuschi, (ex jugador de Goes), a la mitad del rectángulo lo señala ante su mirada, comentándome que tuviera cuidado con las actitudes del salteño. Chumbo se puso como loco, (no tenían buena relación y lo sabia), Por eso me acerqué al banco capitalino, preguntando uno por uno cual era la función dentro del plantel, hasta que llegué a Robuschi, éste me contesta ¡soy el Presidente de la delegación!,  ¡Entonces tiene que estar o en el palco o en la tribuna!, le expresé, retirándose muy ofuscado. Lo cierto, que cuando voy  a dar el salto inicial, escucho: ¡como la sacaste de taquito Mario¡

Jamás tuve problemas con él, lo comparo con los grandes que siempre querían ganar, y exigían a todos sus compañeros para la victoria. Supe verlo cuando arbitré aquellos memorables cotejos en Brasil entre las selecciones de America y Europa. Un desafío que lo distinguió como uruguayo en Ibirapuera- San Pablo  primero con 18 mil personas a estadio lleno y en el flamante Maracanázinho después ante 25 mil, también repleto, teniendo una destacadísima actuación en ambos encuentros.

Álvaro Tito (ex jugador, compañero siendo campeón del Federal 79, integrante del Cuerpo Técnico de la Selección Nacional).  Mi contacto con Omar, fue desde mis comienzos, cuando en el 78, viniendo de Universitario, siendo un chiquilín de 17 años me enrolo en Peñarol. Era un jugador referente, absolutamente ganador, polémico, querible o no, por su forma de ser. Tuve una buena relación, más que nada de él hacia mí, ya que como joven, me veía ciertas condiciones para poder jugar, quedándose conmigo para corregir el tiro, después de las practicas, y enseñándome a defender en el uno contra uno, con el fin de verme mis defectos. Era muy de mirarlo como espejo. En el 79 viajamos a Isla Margarita, Venezuela, haciendo una gira previa  por Argentina, Chile, Bolivia, Perú y  Ecuador compartiendo la habitación con él y el gitano Iglesias. Recuerdo que el primer viaje en bus hacia el interior, todos prontos para irse, faltando solo el chumbo, veo un asiento mas largo y cómodo que los demás, me acomodo hasta que llegó, puso el grito en el cielo, ¡afuera nene!, y así fue. El te decía: ¡en el mano a mano a Mc Call le gano siempre, con  Bo Jackson puedo perder alguno! Le tengo un gran cariño a su imagen  y gran recuerdo.

 

COROLARIO El domingo 15 de marzo, cuando contaba con 61 años, en su Salto natal, la muerte se llevó el cuerpo de Omar Arrestia, luego de luchar con una enfermedad a la cual no la pudo vencer. Pero lo que si les puedo garantizar es que el “Chumbo” obtuvo la victoria con su permanente recuerdo quedando, como muchos inolvidables más, en la inmortalidad por todo lo que nos ha dejado.

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El agradecimiento a medios como: diario “El País”, “El Telégrafo” y “Diario Cambio” de Salto, a la Federación Uruguaya de Básquet, (a través de su libro “Marco el Camino”), a todos los que nos han proporcionado información y testimonio, para poder realizar este merecido homenaje a una verdadera leyenda. 

 

 

 

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